Las crisis hacen replantear el propósito de las organizaciones y ahondar más en los valores. Son periodos en los que cuestionamos el sentido de la vida y de todo lo que hacemos. Teniendo en cuenta que las organizaciones las forman personas, es de vital importancia tomar consciencia de que una organización crece y evoluciona en la medida que esta se adapta al nuevo contexto y a su público, de un lado interno, integrando y asumiendo la nueva realidad del equipo y también a sus públicos externos, clientes, administración pública, proveedores, medios de comunicación, competencia y, en definitiva, al mercado.

La comunicación corporativa tiene como misión recoger y transmitir lo más fielmente posible la cultura de una organización a sus públicos, comunicar cuál es su propósito y demostrar con la implementación de acciones que este compromiso es real.

La vulnerabilidad que sentimos las personas y las organizaciones en un periodo de crisis se convierte en el terreno ideal justamente para revisar el propósito y los valores, y analizar si los procesos internos, acciones y decisiones van alineadas a estos. Son periodos en los que abandonamos el modo automático de nuestra actividad para revisar, analizar y aplicar los ajustes necesarios en la organización que nos permitirán seguir avanzando e incluso, escoger nuevos caminos a recorrer.

Una vez tenemos claro hacia donde ir, la colaboración con una agencia de comunicación es crucial para ayudarnos en la implementación del cómo: cómo integramos los valores y la cultura corporativa dentro de la organización (comunicación interna), cómo comunicaremos este propósito a nuestros públicos, cómo y cuál será nuestra contribución a la opinión pública (gabinete de prensa) y, en definitiva, cómo queremos relacionarnos con el mundo.

La comunicación hoy es generadora de negocio porque nos brinda la oportunidad de dar a conocer nuestro propósito y nuestros valores, y de establecer múltiples canales de conexión con nuestros públicos.